"Declaraciones de Roberto Arlt el día antes del estreno de "El Fabricante de Fantasmas" el 7 de octubre de 1936:
"El asunto del drama: un hombre asesina a su esposa, ignorando los procesos subterráneos que provoca esa terrible y oscura fuerza denominada Remordimiento. Pero pronto los remordimientos van a buscar al criminal y bajo la forma de fantasmas lo atacan, lo persiguen, lo torturan y acosan, hasta obligarlo, después de una refinada tortura, a matarse del mismo modo que asesinó a su mujer.(Nota de Patricio: en esta versión 2009 se ha modificado ligeramente el final para mantener el suspenso del espectador).
Posiblemente, algún crítico excesivamente avisado situe mi creación dentro de la técnica pirandelliana (hoy se abusa del término); yo creo que nace de la lectura de Flaubert, en su novela Las Tentaciones de San Antonio y en Thais de Anatole France.
Los espantables personajes que animan el drama, el Jorobado, el Verdugo, la Ciega, el Leproso, la Coja, aparte de que en germen se encuentran en mis novelas "Los siete locos" y "El Jorobadito", son una reminiscencia de mi recorrido por los museos españoles. Goya, Durero y Brueghel el viejo, quienes con sus farsas de la Locura y de la Muerte reactivaron en mi sentido teatral la afición a lo maravilloso que hoy, insisto, nuevamente se atribuye con excesiva ligereza a la influencia de Pirandello, como si no existieran los previos antecedentes de la actuación de la fantasmagoría en Calderón de la Barca, Shakespeare y Goethe.
Si alguien me preguntara porqué le he dado una representación física tan espantable a los remordimientos de un criminal, debo contestar que es porque el Remordimiento fue conceptuado, antaño, por los teólogos y hoy por los psicolanalistas, como uno de los más enérgicos elementos que provocan la descomposición psíquica del sujeto arrastrándolo a la locura y al suicidio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario