1/7/13

Devolución para El Fabricante de Fantasmas (de Héctor Fraiman)

(enviada por mail a nuestro compañero Federico Saslavsky) Estimado Federico: Anoche tuve el placer de ver la versión de uste-des del “Fabricante…”, y aunque nadie me lo pida, siento que les debo (a vos y a tus compañeros de ruta escénica) una devolución de lo que me hicieron compartir. Lo único que me podría calificar para realizar una especie de análisis es que soy desde hace mucho años (más de los que me quisiera acordar) un persistente y casi compulsivo lec-tor –entre otras cosas, de teatro-, y que tuve la suerte de vivir la época de oro de nuestro teatro independiente, habiendo asistido al desarrollo del Teatro Popular Fray Mocho, con Oscar Ferrigno; el Nuevo Teatro, prácticamente desde sus inicios, con Pedro Asqui-ni y Alejandra Boero y actuando Héctor Alterio –cuando todavía de-bía ganarse los garbanzos en otros menesteres- y un muy juvenil Enrique Pinti, y el Teatro Payró (luego De los Independientes, de Onofre Lovero. Debo confesarte que últimamente voy poco al tea-tro; esta vez me tentó ver la obra de Arlt, porque junto a Cortá-zar son los dos escritores que disfruto –y admiro- más dentro de la constelación local. Y porque comparto con el primero, una neu-rosis similar (o dicho en otros términos, me unen a él un pathos atormentado similar). Y no suelo concurrir porque las pocas veces que voy, salvo honrosas excepciones, salgo defraudado. Porque puedo comparar con los textos originales y con otras puestas en escena. Y observo que en general los “arreglos” que frecuentemente se hacen de los originales son verdaderos desbarajustes, los desnatu-ralizan y adecúan, aún la esencia, a una versión condescendiente para un público que se presume disminuido mental y espiritual. Todo lo contrario a la versión que ustedes rea-lizaron, respetando el sentido y el contenido de la obra, con una puesta en escena que demuestra que con elementos exteriores (ves-tuario, decorado e incluso los cambios de vestimenta en escena) inteligentemente dispuestos y no como esnobismo minimalista, se puede hacer entrar en ambiente dramático al público. A mi esposa y a mí nos gustó mucho la actuación de todos ustedes, que conforman un elenco parejamente excelente, creíble, “puesto en papel” constantemente. Y, dicho sea de paso, tu actuación (y no se trata de un “mangiamiento de oreja” como se decía cuando era joven) fue especialmente admirable. En fin, que disfrutamos mucho la obra. Por tu intermedio quisiera felicitar a todos tus compañeros, y especialmente al director; sin dejar de apreciar que la ambientación externa (música y luces) me pareció impecable. En fin, que tanto mi mujer como yo le agradece-mos a todo el elenco el momento de enriquecimiento espiritual que nos han hecho pasar anoche. Perdoná la “graforrea” pero cuando me pongo a escribir, me es difícil detenerme. Héctor Daniel Fraiman

23/6/13

COMENTARIO DE LA LIC. ANDREA AMENDOLA EN SU BLOG

"El fabricante de fantasmas" Recomendación Teatral “El fabricante de Fantasmas” de Roberto Arlt es una obra teatral que cuenta los tormentos por los que atraviesa Pedro, un escritor frustrado, quien se ve humillado por su esposa la cual lo atormenta y descalifica, incrementando en él un malestar preexistente. Se establece una tensión que parte desde la sexualidad hasta la muerte, ella en su demanda lo vuelve impotente y él, atravesado por la imposibilidad de no estar a la altura de sus reclamos comienza a experimentar una satisfacción ubicada en una compleja matriz hecha de sus “fantasmas”, los cuales podríamos pensar como los perseguidores de su paranoia. Esto llena de ira a Pedro y el homicidio resquebraja los remordimientos que detenían el goce inminente. La muerte lo visita en los laberintos de su conciencia como una idea capaz de otorgarle el éxito tan ansiado, como si la trama significante de la tragedia en su obra pudiera cernir algo de ese real que lo invade. En un primer tiempo, su “obra” teatral la cual recrea el asesinato de su esposa, funciona estabilizando a Pedro, pero el goce se impone y los personajes que él mismo ha creado toman autonomía y se le imponen, finalizando en el suicidio. El homicidio de su esposa nos permite pensar en Pedro el empuje al goce. Como dice Carlos García y Silvia Elena Tendlarz en “¿A quién mata el asesino?” pág. 97 :”si bien el goce conduce al acto, se añade a este una dimensión de violencia y agresividad, propia del registro imaginario”. Y es notoria en la obra el modo en el que los personajes persecutorios van estableciendo una relación de violencia y agresividad para con Pedro, cargados de de un erotismo en donde es su propia agresividad la que le retorna bajo las máscaras de estos personajes deformes. Arlt introduce al espectador en el oscuro mundo de este dramaturgo y su despiadada lucha contra los fantasmas que él mismo creó para sus obras, espectros que salen del papel y se corporizan para atormentarle la aparente razón. El dramaturgo como hombre se muestra sumergido en el olvido, no recuerda nada del acto homicida y desde allí se pone en juego en la ficción si se trata de un olvido que lleva a la repetición o a la creación de la obra. De este modo, orientados a partir de una lectura lacaniana, podemos decir que esta obra de Roberto Arlt nos remite al sujeto y a la fabricación de sus fantasmas más allá de su voluntad, poniendo en juego un goce que no logra ser apresado por lo simbólico y cuya verdad se revela en el acto final del suicidio. Roberto Arlt el día antes del estreno de la obra, 7 de octubre de 1936 declaró: “Si alguien me preguntara por qué le he dado una representación física tan espantable a los remordimientos de un criminal debo contestar que es porque el remordimiento fue conceptuado, antaño, por los teólogos y hoy por los psicoanalistas, como uno de los más enérgicos elementos que provocan la descomposición psíquica del sujeto arrastrándolo a la locura y al suicidio”. El autor basa su creación a partir de la lectura de Flaubert, en su novela Las Tentaciones de San Antonio y en Thais de Anatole France. “El fabricante de Fantasmas” los cita: Bajo la dirección de Patricio López Tobares, En el Teatro El Buho, Tacuarí 215, todos los domingos de octubre a las 19hs. Una obra dentro de otra obra, lo inconciente como escenario y un interjuego entre el olvido y lo no inscripto que retorna, los remordimientos y los personajes deformes que texturan las aristas de la paranoia, el goce que se impone dejando sin palabras, sin letra que escurra la inminencia de lo real. Andrea F. Amendola Licenciada en Psicología en la Universidad de Buenos Aires egresada en 1996. Concurrencia: Hospital Parmenio Piñero Servicio de Psicopatología Infantojuvenil. Cursista de la Escuela de la Orientación Lacaniana desde el año 1991. Actualmente en curso del Seminario “Las mujeres y el Acto” a cargo del Lic. Carlos Dante García. http://andreapsicoanalista.com.ar